¿Por qué tengo los ojos llorosos? Los ojos llorosos, o epífora, son un problema inocente pero muy molesto. Las razones por las que un ojo está lloroso son muchas, y muchas de las causas pueden resolverse. Por ejemplo, su ojo puede estar produciendo lágrimas en exceso, de modo que su sistema lagrimal no puede drenarlas lo suficientemente rápido, o puede haber una obstrucción en su sistema lagrimal que haga que su ojo lagrimee en exceso. Aunque suene contradictorio, muchos ojos llorosos son causados ​​por una córnea demasiado seca o una película lagrimal que no lubrica adecuadamente la córnea. Hay que evaluar bien la causa del problema, ya que el tratamiento difiere de un caso a otro. Hay algunas pruebas ambulatorias que se pueden realizar para averiguar qué es lo que está fallando. Una vez que el diagnóstico está claro, se puede hacer un plan de tratamiento.


¿Qué tratamiento es mejor para mí? La mayoría de los problemas de ojos llorosos se pueden resolver de manera conservadora; con suficiente lubricación y limpieza del borde del párpado, muchas personas se benefician. Sin embargo, si la causa de su problema es un conducto lagrimal obstruido, el Dr. van der Veen ofrece varios tratamientos, el más común de los cuales es una cirugía de dacriocistorinostomía (DCR). Este es el estándar de oro para el tratamiento de obstrucciones lagrimales en o detrás del saco lagrimal. En esta cirugía se crea una nueva conexión entre el saco lagrimal y la mucosa nasal. El abordaje clásico es a través de una pequeña incisión en la piel que luego solo deja una pequeña y tenue cicatriz en el sitio donde se apoyan las gafas en la nariz. El Dr. van der Veen también se especializó en realizar cirugía endoscópica DCR. Con esta técnica no se realiza ninguna incisión en la piel y por tanto tampoco quedará cicatriz. Toda la cirugía se realiza a través de la nariz mediante el uso de un telescopio quirúrgico especializado llamado endoscopio, que ofrece al cirujano una vista del interior de la nariz a través de una pantalla situada en la sala de operaciones. El Dr. van der Veen es uno de los pocos oftalmólogos que realiza esta cirugía solo, sin necesidad de asistencia por parte de un otorrinolaringólogo.


La cirugía DCR ofrece una tasa de éxito de alrededor del 90%; en casos seleccionados con patología coexistente del ojo o la nariz, este porcentaje puede ser ligeramente inferior.

En otros casos donde la obstrucción se localiza más en el inicio de la vía lagrimal la solución puede ser más sencilla. Un sondaje del conducto lagrimal con la colocación de un stent a menudo puede resolver su problema. Cuando las aberturas del conducto lagrimal son demasiado estrechas, puede practicarse una sencilla intervención para agrandarlas, ya sea quirúrgicamente o con un tipo especial de tapón lagrimal (foto de abajo, arriba). En el raro caso de que la obstrucción sea absolutamente imposible de solucionar, el sistema lagrimal puede reemplazarse por completo colocando un tubo de material pyrex desde el rabillo del ojo directamente hasta la cavidad nasal; estos tubos se denominan tubos de Lester-Jones (imagen a continuación, abajo).


¿Qué pasa si sufro de ojos secos? No es infrecuente que un paciente se presente con ojos llorosos y, de hecho, se le diagnostique que tiene los ojos demasiado secos. En estos casos, la película lagrimal se evapora demasiado rápido y aperece la sensación de tener los ojos llenos de arena y una necesidad constante de parpadear, en combinación con una producción abundante de lágrimas. De hecho, se pueden producir tantas lágrimas, que su sistema lagrimal, aun funcionando perfectamente, simplemente no logra drenarlas todas. A estos pacientes a menudo se les recetan lágrimas artificiales sin cesar, las cuales pueden ser suficientes para algunos pero insuficientes para otros. En esos casos, vale la pena considerar la visita a un cirujano oculoplástico para una evaluación exhaustiva de la función lagrimal y de los párpados.